Observadora de aves con más de 23 años de experiencia.
Responsable del Centro de Recuperación de Aves petroleadas de Cantabria durante el desastre del Prestige.
Técnica de campo con SEO/Birdlife en la recuperación ambiental de Las Marismas Blancas en Astillero, Cantabria.
Educadora Ambiental en diferentes proyectos de voluntariado con SEO/Birdlife en Santoña, Cantabria en El Planerón en Zaragoza y otros
Colaboradora habitual de Aves Cantábricas, como educadora ambiental y guía ornitológica.
Fundadora de la empresa Fuerteventura Birding, dedicada al turismo ornitológico en la isla de Fuerteventura.
Actualmente Presidenta de la Asociación Lechuzas Pajareras Women Birders Group, que se dedica a dar visibilidad a las mujeres que trabajan con las aves
Háblanos del grupo: cómo surge la iniciativa, qué hacéis, de dónde viene el nombre, a quién va dirigido, etc.
La iniciativa del grupo de Lechuzas Pajareras, surgió por la falta de representación femenina en un documental que se empezó a filmar sobre observadores de aves, para el que yo misma participé en el crownfounding. Al preguntar a los productores qué mujeres iban a salir, la respuesta fue que no habían pensado en ninguna, por lo que les propuse nombres e incluyeron a una de ellas. Fue entonces cuando nos pusimos en movimiento por la falta de representación femenina en este mundillo, pese a que en realidad ya había muchas mujeres pajareras y científicas reconocidas con programas de estudio sobre aves y que todos conocían, pero a quienes no se les daba la importancia y visibilidad que debían tener.
Realizamos una primera reunión en Fuerteventura donde acudimos una docena de mujeres pajareras, y de ahí se fue ampliando el grupo hasta ahora, que somos casi 200 en toda España. Tenemos más de 2.000 seguidoras en nuestra página de Facebook.
En esa primera reunión en Fuerteventura pensamos en lo que queríamos hacer y se estableció formalmente el grupo. El nombre lo sacamos por varios motivos: por el rechazo social que siempre han tenido las lechuzas, cuando en realidad tienen un papel fundamental en la naturaleza como controladoras de plagas; por el difícil momento que están viviendo con su descenso poblacional por culpa de los pesticidas y el abandono del mundo rural; y por las connotaciones negativas que tienen las lechuzas, nocturnas y asociadas a las sombras, como las mujeres, que siempre hemos estado en las sombras, sin tener la presencia y ocupar el lugar que nos merecemos en el ámbito de la ornitología, pese a que han sido precisamente las mujeres las que crearon las primeras asociaciones conservacionistas de aves y lucharon para aplicar las primeras leyes proteccionistas para éstas, tanto en América como en Europa, cuando aún no podían ni siquiera votar.
El grupo va dirigido a mujeres profesionales o amateurs que están en el mundo de las aves, de toda la geografía española. Nuestro propósito es que las mujeres pajareras den a conocer la existencia de ellas mismas, de su trabajo y de las circunstancias en que lo desarrollan. También formar parte de grupos internacionales de mujeres, tanto en países en vías de desarrollo como en los desarrollados, para crear, a través de la conservación y el conocimiento de las aves, su propio espacio de capacitación personal y laboral.
El papel de las mujeres en la ciencia ha estado históricamente invisibilizado, pese a contar con muchos ejemplos y referentes, y la ornitología y la conservación de especies y de ecosistemas en general no son una excepción. Nos gustaría que nos hablaras precisamente de eso: de la contribución de las mujeres en estos ámbitos
Una de las características que sorprenden en los estudios sociológicos es que pese a que las mujeres somos mayoría en los grupos ecologistas a nivel internacional (al igual que ocurre en otros movimientos sociales y en casi todos los sectores), raramente llegamos a la parte más elevada de la pirámide, a ocupar puestos de responsabilidad y dirección, sino que nos encontramos mayoritariamente en las bases. Las mujeres, con su presencia en los movimientos ecologistas, manifiestan su preocupación por el futuro pero no tienen suficiente voz y representación en ellos, representando además en muchos de estos grupos más del 50% de las personas socias. Lechuzas Pajareras viene a sumarse a otros de mujeres birders o pajareras que existen por el mundo. La contribución de las mujeres en la ciencia es muy numerosa y valiosa con respecto a la ornitología, y tenemos cientos de ejemplos que muestran la dedicación y la lucha que han realizado muchas de ellas para la conservación de las especies de aves. Las siguientes ornitólogas que nombro fueron fundamentales en la defensa de las aves, empezando por la primera mujer que dictó leyes para la protección de los halcones: una jueza de la Edad Media que se llamaba Leonor de Arborea, nacida en 1340, a la que debe su nombre el precioso Halcón de Eleonor.
Harriet Hemenway y Minna Hall. Estados Unidos. Harriet leyó un artículo en 1858 que describía en detalle gráfico las secuelas del alboroto de un cazador de plumas: pájaros muertos y desollados por todas partes en el suelo, nubes de moscas, hedor, jóvenes hambrientos aún vivos en sus nidos…etc. Llevó el artículo a través de la calle Clarendon en Boston, hasta la casa de otra luminaria social, su prima Minna B. Hall. Allí, a la hora del té, comenzaron a trazar una estrategia para detener la cruel matanza de pájaros por sus plumas..... Harriet y Minna Hall bajaron de un estante El Libro Azul de Boston, en el que se inscribían los nombres y direcciones de los miembros de la sociedad de Boston, revisaron la lista y marcaron los nombres de aquellas “damas” que probablemente usarían plumas en sus sombreros. Habiendo hecho eso, planearon una serie de fiestas de té. Después de innumerables tés y episodios de persuasión amistosa, Harriet y Minna establecieron un grupo de unas 900 mujeres que prometieron "trabajar para desalentar la compra o el uso de plumas y promover la protección de las aves nativas". Las mujeres organizaron una reunión con el establecimiento científico de Boston, describieron su programa y lograron que los hombres aceptaran unirse al grupo, que se llamaría, la Sociedad Audubon de Massachusetts, en honor del gran pintor de pájaros John James Audubon. El club de Boston estaba formado por mujeres de las familias más poderosas, las mismas familias que derribaron al imperio británico en América y el mismo grupo que obligó a Lincoln a emitir la proclamación de emancipación y que crearon el activismo medioambiental. En cuestión de décadas el pequeño club había generado lo que sería el movimiento de conservación más influyente de Estados Unidos hasta ese momento.
Emily Williamson junto a Eliza Phillips y Winifred Cavendish-Bentinck, Duquesa de Portland. Años antes que en Estados Unidos, en Reino Unido, se dieron cuenta del grave problema que había con el comercio de plumas de aves para la moda y se pusieron a trabajar para su conservación.Emily nacida en 1855 fundó junto a Etta Lemon la RSPB, Sociedad para la Protección de las Aves en Manchester, llegando a los 20.000 socios. También ayudó a fundar la asociación de empleo de mujeres en Manchester. Otro hito de la conservación, esta vez en Reino Unido, donde también lograron paralizar el comercio de plumas de aves para la moda.
Florence Merriam Bailey nacida en Nueva York. Fue un activista para la protección de aves, escribiendo la que se considera la primera guía de aves en la tradición moderna, en 1890.
Y así un largo número de ejemplos hasta nuestros días, que no podemos nombrar aquí por su extensión. Mujeres ilustradoras, investigadoras, observadoras…. todas han marcado el camino para las siguientes generaciones de mujeres que han seguido participando en el mundo de la ornitología con sus aportaciones.
Las desigualdades y sesgos de género, muchos de ellos inconscientes, atraviesan todas las disciplinas y ámbitos de la sociedad. ¿Cuál ha sido tu experiencia en este sentido?
La desigualdad y el sesgo de género en mi experiencia ha sido pequeño, ya que por suerte he dado con hombres muy feministas, pero con muchas mujeres que conozco (y en este grupo sobre todo) hemos podido percibir que el trato paternalista en los conocimientos sobre el entorno y el fastidioso “mansplaining” es algo muy recurrente por ser mujer en este ámbito. La observación de aves se desarrolla en zonas difíciles, principalmente en el campo, donde existen incomodidades para ambos géneros y con horarios a veces intempestivos. Muchas veces hay que aguantar algún comentario machista en estas convivencias, incluso un trato diferente por ser mujer, con algo de abuso de poder, a las mujeres que han tenido que luchar con hombres para conseguir un empleo o algún tipo de trabajo, ya que, como siempre, nos topamos con el dichoso techo de cristal, que está en todos los ámbitos y profesiones.
¿Por qué un grupo feminista de mujeres pajareras?
¿El porque de un grupo feminista de mujeres pajareras? Está claro: en todos los ámbitos las mujeres estamos infravaloradas, y en todos los ámbitos se necesitan grupos feministas que luchen por una igualdad muchas veces inexistente. Ser feminista no significa que pensemos que las mujeres merecemos derechos especiales: solo significa que sabemos que merecemos los mismos.
El feminismo no habla de superioridad ni discrimina al otro género, simplemente combate las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. No se lucha por ser “más”, se lucha por ser igual.
En este contexto está claro que no todos los hombres son machistas, ni mucho menos, pero lo es el sistema y es imposible escapar de él. Ellos también sufren suposiciones y expectativas basadas en su género y ello les condiciona a vivir y a actuar de cierta manera, pero no es comparable. Las mujeres somos juzgadas y criticadas por la manera en que nos vestimos o comportamos. Por la forma en la que hablamos o trabajamos. Estamos cansadas de que nuestra palabra valga menos o nada, cansadas de la desigualdad, de cobrar menos, de trabajar más. Estamos hartas de empleos informales y precarios, de los techos de cristal, de tener que demostrar nuestra capacidad, nuestras habilidades, nuestra seguridad. Cansadas de que nos maten, de que nos acosen, de que nos violen. Cansadas de que nos llamen nazis por defender la igualdad.
Nos gustaría que nos contases un poco más sobre las actividades que lleváis a cabo
Actualmente tenemos un grupo de whatsapp donde compartimos nuestras experiencias como mujeres pajareras, donde nos apoyamos cuando tenemos malas experiencias por nuestra condición de mujeres y donde quedamos para hacer reuniones en varios lugares de España, para salir a observar aves juntas, colaborando en expandir esta preciosa pasión que en algunos países como en Escocia recomiendan los/as psicólogos/as, ya que ver aves, mejora la autoestima y la salud mental y física.
Estamos en proceso de terminar la página web y la unión de socias para empezar a realizar salidas de campo, para compartir nuestra afición y hacer que el respeto por las aves sea de toda la sociedad.
Tenemos varios proyectos en la mesa, que aún son eso, proyectos, pero que en breve comenzaremos a publicitar. Esta asociación servirá para unir otro brazo más al mundo de la conservación de las aves y fomentar su respeto y cuidado.
¿Cuántas mujeres integráis el grupo en la actualidad?
El grupo, como mencioné arriba, está compuesto por más de 200 mujeres y tenemos una página en Facebook con mas de 2000 seguidores, hombres y mujeres, donde damos difusión a las investigaciones y otros temas que tienen que ver con las mujeres en la ornitología. Para participar en el grupo en breve pondremos en marcha la página web oficial. Por ahora se puede contactar con nosotras a través de Facebook, y así poder estar en el grupo.
Háblanos un poco de la ornitología y del por qué del estudio de las aves
La ornitología o ciencia que se dedica al estudio de las aves es algo muy conocido y popular, ya que las aves son el segundo grupo de vertebrados más abundante y diverso, solo por detrás de los peces. La gran variedad de formas y colores que presentan, su carácter migratorio, la extraordinaria habilidad para emitir sonidos y cantos, su capacidad de volar y el hecho de que la mayoría de ellas tenga hábitos diurnos, han convertido a este grupo faunístico en uno de los más atendidos, tanto por personas aficionadas como por expertas en su estudio. Son especies, por tanto, que “se dejan ver y oír”, mayoritariamente diurnas, por lo que su estudio y su seguimiento es relativamente sencillo, en comparación con otros grupos de vertebrados de hábitos más crepusculares o nocturnos como los anfibios, los reptiles o los mamíferos.
A día de hoy con la llamada ciencia ciudadana y las plataformas de información sobre avistamientos, los censos de aves y el control de zonas de especial protección para ellas, por parte de los pajareros y pajareras aficionados/as se puede tener constancia de los problemas que les afectan, tener un control de sus poblaciones, etc. Si no existieran los y las observadoras de aves, y por supuesto los investigadores/as y anilladores/as, no tendríamos un conocimiento sobre lo que les afecta y sus problemas.
Las aves son un indicador de la calidad de los ecosistemas. El año pasado se publicó el Libro Rojo de las Aves en España, el que se exponen datos tan alarmantes como que más del 50 % de las especies de aves evaluadas presentan problemas de conservación, ¿qué podríamos hacer para tratar de revertir esta tendencia?
Revertir la tendencia a la baja de las poblaciones de aves es algo difícil, ya que les afectan diversos y graves problemas, desde los pesticidas, la contaminación ambiental, la fragmentación y desaparición de sus hábitats, la caza, los venenos, los generadores de electricidad eólicos, los vertidos y un largo etc. Como toda la naturaleza en general, para seguir teniendo aves, hay que revertir el modelo de consumo y de sociedad que tenemos. Estamos en la sexta extinción y no parece que vaya a parar, por muchos parches que pongamos.
En los últimos años parece haber habido un incremento del interés por la naturaleza y la observación de fauna y cada vez hay más gente que sale al campo, especialmente a raíz de la pandemia ¿qué buenas prácticas podemos seguir para respetar nuestro entorno?
SEO/Birdlife tiene un código de buenas conductas para la observación de aves, y para poder estar en la naturaleza sin dejar nuestra huella. Por supuesto, si vas a una zona natural, no molestar a la fauna cuando están en su ambiente y no llevarse nada de lo que hay en la naturaleza, es fundamental y por consiguiente llevarse toda la basura que producimos cuando la visitamos.
Por último, ¿qué le pides a 2023?
Al 2023 le pido que seamos más conscientes del mundo que nos rodea y que leamos más en general sobre ello, conocer más la naturaleza y por qué hemos perdido todo el vínculo con el mundo natural, algo que es el principal y más grave problema. En plan de broma al 2023 también le pediría un meteorito que aunque no nos haga desaparecer, nos afecte lo suficiente para resetear el planeta y nuestra forma de vida y así poder sobrevivir y que puedan sobrevivir las especies que aún no se han extinguido jajaja